viernes, diciembre 31, 2010

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Razones, razones, razones...

Y es que todos viven de eso, es lo que los hace creerse humanos, pero y ¿Por qué no preferir ser inhumanos?. Para unos tantos no será más que una monserga, un soliloquio lo suficientemente absurdo, sublime. Como el pájaro que se postra admirable y remeda a lo que llamarías "libertad".

Yo no es que me considere inhumano, sólo soy un habitante de la Tierra y como diría la mente brillante amo todo lo que fluye, eso no te hace humano, te extenúa hasta las entrañas y sientes como te hierve en la sangre, ¿Acaso esto es vida?. Pues mejor que la vida humana es lo suficiente.

Cada flor deja volar sus esporas y de esa manera comparte su vida con el mundo, los humanos deberían hacer eso, así mismo deberían compartir su vida con esta Tierra, nuestra Tierra, no sólo destruirla con bestialismos. Pero no escucho más que el retinar de las campanas y el badajeo tambaleante pero vacío.

Y qué es lo que viene de mi ser en este momento, sólo el chapaleo de mi sangre circulando y coloreando cada parte de mi ser.

lunes, diciembre 20, 2010

Recuerdos

Las luces me cegaban y distorsionaban mi percepción de cada instante, la música me aturdía y causaba una sensación extraña en mi ser -me sentía ahíto de tanto disturbio audiovisual- , pero en ese momento no importaba nada más, yo sólo buscaba aquella figura cubierta de flores negras de contorno blanco, la veía moverse entre la muchedumbre, de un lado a otro se contoneaba sin cesar como un bote a flote, navegando a la deriva.

Buscaba cruzar miradas y palabras, yo sólo me acerqué lo más que pude y en cuanto estuve ahí no hice nada, cada momento era un nuevo misterio que se postraba frente mío, ¿O es que acaso yo lo había buscado de esa manera?.

Mis manos escurrían, el chapaleo del agua junto a mis pies no se detenía. Una pregunta, siempre lo cambia todo... Un parpadeo y me encuentro en el centro del mundo, mi cuerpo danzante y tambaleante gira al compás del tiempo y espacio, miradas y pensamientos cruzados colapsan en ese momento, el clímax ha llegado.

Un parpadeo más y me encuentro sentado y muy hablante, recordando viejos momentos, desenterrando viejas memorias olvidadas, postulando nuevas maneras y perspectivas de admirar el mundo. Hablando de viejos escritos y comentando de otras formas de apreciar el sonar de una melodía atónita que eriza la piel, hierve la sangre y hace palpitar al corazón.

Y de nuevo mi cuerpo vive el pudor del público frente mío, pero nada de eso importa, he estado preparándome con tantas improvisaciones que ya he perdido la memoria. Una vuelta más y todo termina.

Regreso al sitio donde todo comenzó y me voy. El último ademán, levanté mi mano y dije adiós. 

viernes, diciembre 17, 2010

Y eso es maravilloso...

Un pensamiento que se escapaba una vez más mientras caminaba al rededor de esa habitación, mis pasos era menos marcados que el girar de las manecillas de un reloj, pero más complejos que el tiempo, eran el reflejo de mi verdadero sentir, mi existir.

Era demasiado tarde, la luna estaba en lo más alto del cielo, podía mirarla desde la ventana, y por alguna razón no había logrado conciliar el sueño, era como si algo lo hubiese arrebatado de mí y sentía una gran frustración, mayor a la que pude haber sentido en toda mi vida.

Mis pensamientos eran confusos, pero todos giraban al rededor de uno en específico, el cual me había quitado algunas noches de sueño unos días atrás. Después de tanto meditarlo me detuve, mis pies descalzos dejaron de girar, y sin embargo, nada se detuvo, todo continuó igual.

Pero claro, qué podía esperar de esa circunstancia, todo continua girando, siempre y cada momento, que jodido es todo entonces.

Me recosté en esa cama vacía, rígida y fría, cerré los ojos y comencé a sentir cada parte silenciosa, en esos instantes deseé tener a alguien junto para enseñarle a corresponder. Y aunque podía sentir la corriente fría impactarse contra mis mejillas, mi cuerpo brillaba más que mil soles juntos.

Todo era parte de un ritual, el más personal que podría haber imaginado, pero y ¿acaso sólo era una iniciación?, algo que jamás terminaré de descifrar. Y de pronto, una explosión que emaba dentro de mí, mis pupilas se dilataban y mis piernas desnudas se entumecían, una extraña forma de conocerme había nacido.

Y después de eso, por fin pude dormir.

viernes, diciembre 10, 2010

Untitled

Admirable ante los ojos de alguien más, desafiante ante la presencia de otros tantos. Con la simpleza de su existencia encontraba tranquilidad. Pasaba hora tras hora frente aquel espejo, observándose, orondo y satisfecho de sí, o eso se hacía creer. Sentía haber cumplido cada una de las expectativas que tenía de sí mismo, cada sueño. Pero en el fondo no podía concebirlo, por tal razón no era capaz de ver la mirada que se encontraba del otro lado.

¿Admirable?, ¿desafiante?, eran palabras que no relacionaba por más que intentaba. Y una vez más, asombrado de sí mismo se convirtió en buzo. Bajó y bajó, llego a un mar de tinieblas,- todos sabemos que no hay peor infierno que nuestra mente- y dentro de este  murió, ahogado en un océano de pensamientos enredados y deseos profundos, los más profundos que puede tener el alma humana.

Deseos ocultos, obscuros  salían de su mente perturbada por todas las imágenes que había presenciado dentro de sí mismo, y fascinado de todo lo que uno mismo lleva dentro, lo más lejano y arraigo que tenemos dentro, despertó de ese pequeño pero desquciante trance.

Para su extraña sorpresa todo seguía igual que antes, sólo había divagado  y encontrado las ideas más torcidas de su realmente desconcertante mente. Se prometió a sí mismo regresar cuando estuviese listo, para el siguiente encuentro, él saldría victorioso de su propio ser.

martes, diciembre 07, 2010

Another direction

Comenzaba con un sorbo, mis labios se teñían rojo-violeta, terminaba con un suspiro. Mi mente divagaba, se sorprendía ante aquella mirada, una mirada tan pentrante, tan admirable... tan vacía.

Frotaba con mis dedos la copa, el contorno de la misma, su figura; tomaba de ella un trago más, el último.

Mis esfuerzos por mantenerla entrelazada a mi mano fueron nulos... Cayó, hasta lo más profundo, donde se encuentra la base del mundo.

Una lluvia cristalina salta frente a mí, comienza a penetrar en mis desnudos pies, regresa a mí el color rojo-violeta, carcome mi ser desgarrando cada centímetro.

Levanto el rostro, observo hacia en frente, esa mirada vacía continuaba ahí, en el mismo lugar, me seguía, me observaba, me acosaba.

Pero, ¿y acaso importa?. ¡Claro que no!, al final sólo es un espejo, un reflejo vacío.

Uno más. uno menos.... Qué más da!

Necesidad, palabra que todos conocemos, que cada uno aplica a su jodida vida, este último término "jodida vida"... ¿Será que acaso de eso se vive?

Ella dice "eso sería para mí", respiro, veo resbalar cada lágrima por su mejilla, ojos rojos, párpados inchados; entonces me quedo sin aliento una vez más, siento como cada palabra es arrebatada de mi ser, de mi alma; mi cuerpo sin mímica no reacciona, pareciera insensible ante la situación que se presenta ante mí...

Respiro una vez más y asiento con la cabeza, enderezo mi torso, arrastro mi mano por su cabello sedoso, enmarañado, y comienzo a besar esos labios, aquellos labios carmesí, ardientes como el sol, suaves como las nubes. Cierro los ojos y siento como las estrellas caen junto a mí, en ese momento el mundo se detiene, nada más importa porque estás junto a mi...
 

Realidad?...

Y entonces así sucedió, me encontraba ante aquel hermoso atardecer, contemplaba cada instante, podía ver cada parte de mí ser iluminada de un tono rojizo, cierto color que me encanta, que me llena, sentía como podía colorear cada parte de mí, sentirlo parte de mi ser…Y así es como sucedió, no lo podía creer, en el momento menos esperado comprendí aquella realidad, una que no había encontrado y que ahora tenía junto a mí, sentía miedo a no vivirla nunca más, y entonces, estabas tú sentada junto a este pensador. Podía ver la dulzura de ti cada vez que volteaba a ver tus ojos, tu mirada, tu dulce piel, mi verdadero sentir, aquel, que me estremece cada que recuerdo. Y entonces te pregunto a ti, ¿sabes cuál es esa realidad?”