viernes, febrero 22, 2013

Valiente

Comienzo con la profana idea de escuchar dicho anuncio de redención. Continúo con la señal inesperada de una vida morigerada que sigue latente. No sé cómo es que sostenemos a la vida misma con sólo las uñas de los dedos. Puedo sentir como desgarra cada centímetro de mí, marcando ligeramente mi mundo de un color violeta. Olvidé cómo era eso de la fascinación ardiente. Ahora es que recuerdo como sucedía en los días en los cuales manejar en reversa se podía hacer sin la necesidad de mirar hacia donde no te diriges. Hacia donde no te encuentro. Sostendré la fisionomía de tus besos con una pestaña. Será entonces que por fin harás caso total a cada nimiedad a la que vivo atado. Vamos, jamás he pretendido vivir lleno de remordimientos ni pretendo llenar de insignificancias, sólo quiero hacerte vibrar.

Puedo contemplar como vivo a torrentes a través de mis manos, pero, ¿por qué no puedo navegar a través de los agujeros en tus ojos? Sigo sin comprender cómo es que sucedió de dicha manera y, sin embargo, hablamos de vidas pasadas donde quizá todo fue más sencillo que lo imaginamos. Más simple de lo que podría concluir cualquier magín irracional. No funciona con monsergas y soliloquios irreverentes, sólo con la dicha de mantener una marca en donde no debería de haberla. Enterrando cuernos y desgarrando remembranzas que quizá ya eran parte de las reminiscencias a las que estamos expuestos día con día. Me muestro transparente y no le temo a revelar todo lo que no puedes ver, todo lo que no podemos sostener.

Hoy aparezco delante de ti, sin nada nuevo bajo el brazo. Aparezco de nuevo, como solía hacerlo en jueves al atardecer. Me muestro justo como llegué la primera vez, tú con la marca de la sangre que escurría hasta tus pies y yo, yo sólo con el titilante proverbio al cual me sigo viendo inducido al cerrar la puerta de mi habitación. Sólo con la idea de qué es lo mejor.

sábado, febrero 02, 2013

"Divinidad"

Mi manera de ir y venir (¿su manera de venir e ir?). Despertar con una canción aún recitando para mis oídos, con un pensamiento divagante sobre una mirada reflejada en el mar. Bueno quizá una pecera no tenga semejante tamaño para ser un océano entero pero, ¿quién dice que no es capaz de brindarme las mismas aventuras?,¿las mismas agonías?

Estás ahí preguntando acerca de lo más importante, quizá tú deberías conocer la respuesta a cada pregunta que lanzas hacia mi persona. No recuerdo cuál fue la última vez en la que sonaste para mis adentros. Suelo apostar la vida misma a la afinación que el metrónomo no marca. Suelo apoyarme en cada verso que acompaña una serie de caricias, delicadas y cándidas caricias que resbalan en el filo de mi piel. Tengo el vívido recuerdo de aquella conversación que sostuvimos con la mirada y desde entonces, has de saber que la noche no luce de igual manera a como solía ser.

Comenzar con una noticia que puede estremecer el mundo entero (vamos, no soy tan narcisista como crees). Terminar con la rebosante despedida financiada por una cierra eléctrica, esa es auténtica melancolía. La misma reflejé sobre mis pétalos tanto tiempo, esperando que se acercara el quinto día. Añorando ese viejo atardecer. No sé si podré liberarme de esa extraña sensación, la misma que deja residuos en el pecho, en el corazón, en el alma, en las entrañas y en todo aquello que siga palpitando de una manera aterciopelada.

Volvió a mí todo ese malvivir marginado que está latente en el círculo donde se postra el mal de males. Espero no lo hayas olvidado. Regresó el libelo que arrastré alguna vez en contra de la "divinidad" más grande conocida alguna vez. Vine sólo para refrescar su mente, para hacerle recordar que aún me debe miles y miles de respuestas aunque, según lo previsto, quizá ya conozco cada una de ellas. A veces ser la mano derecha (o izquierda según el caso), tiene muy grandes ventajas. Inmensas, tales que podrías volverte uno mismo con la mar. 

Sigo haciendo énfasis en cada una de las diferencias que compartimos, y entre ellas la más importante <Prefiero hundirme antes que caminar sobre ella> y eso mi amigo, era genuina inspiración.