lunes, mayo 30, 2016

Cliché

En cada momento y cada situación
al acantilado tiran corazón
a cada instante se vive sin razón,
a razón de la maldita decepción.

Latente, ausente, presente se hace
efímera y vívida mi agonía,
contrastando así con cada manía,
mientras mi alma sólo se desvanece.

De lo que somos queda rastro alguno
me pregunto aún con mi ser deseándote,
con mis palmas, mi piel añorándote,
imaginando como a ti yo me uno.

Vamos cariño mío, vamos lejos,
allá donde y sin remordimientos
no sólo nos volvemos complemento,
vamos, quiero llenarte de festejos.

Bella y prodigiosa situación,
lo hemos anhelado con corazón
hacernos perder no sólo la razón,
dejando así, atrás toda la decepción.

Vamos cariño, vamos junto a Marte
que sin reparo prometo besarte.

martes, mayo 17, 2016

20

Rara es la manía del ser humano para la autodestrucción, para el elogio halagüeño y para la falta de hablar a razón de la presencia. Rara es la manía del ser, en sí, para mirar por milésima vez el vacío que se creó a causa de una ausencia.

Rara es la manía del ser humano para la vacía glorificación, para marginarse ante un destello poco elocuente y una sonrisa morigerada. Rara es la manía del ser, en sí, para marcar con tinta indeleble el corazón que no palpita por uno.

Rara es la maldita manía del ser humano (y mía) para invocarte en mis sueños y en mis anhelos, para transportarte a mi lado esta y cada noche. Rara es mi maldita manía, en sí, para extrañar aquello que no sucederá...

Rara y maldita mi manía de tenerte y no...

martes, mayo 10, 2016

Cualidad Humana

¿Por qué habría de arrancar la pasión de mí? ¿Por qué habría de hacerlo? Quisiera entender dónde es que quedó la verdadera pasión porque ahora todos se consumen bajo sus propios delirios y perversiones, porque ahora y en la actualidad se ha perdido la moral y el valor de la tinta derramada por alguien. Quisiera entender el porqué de cada acto cometido en ausencia del amor, he aprendido que la única justificación que podría aceptarse para un crimen es a razón del amor y viceversa, ¿pues acaso no es la manera más sublime de desaparecer?

Se ha hablado de desaparecer en un parpadeo y en un solo instante, de llegar a no ser ni existir, de inhalar mientras el cuerpo se desvanece, mientras y con justa glorificación se pierde a razón del ser. Vivo enamorado y afligido de la incertidumbre que es vivir, de la injusta penitencia que hemos de cargar a expensas del querer y del saber, del jodido conocimiento. Vivimos desapercibidos ante la idea del romanticismo a causa de cada acto que es tirado a la mierda por la falta de fe y esperanza en la calidez de un beso, un abrazo, un torso cálido y un cuerpo etéreo y marmóreo pidiendo más mientras escurren los miedos sobre las sábanas.

Habríamos de remontar a cada ser al cielo con tan sólo el tacto, con las conversaciones que se sostienen por la mirada y que se dialogan por la piel. Habríamos de arrancarnos el alma a mordidas y florecer a la media noche. Habríamos de sucumbir ante cada instinto a flor de piel mientras se sostiene la calidez carmesí, mientras se macan tatuajes sobre las clavículas, mientras se cruzan los ríos del pedo y la espalda, mientras se trasciende sobre la tersa piel de unas piernas dóciles y suaves, mientras se penetra con el sexo más que encarnado en sangre y una que otra fantasía.

Habría que hacer mil y un cosas más pero ,y por qué habría de negar la pasión en mí si es la razón por la que vivo y muero.