domingo, agosto 28, 2016

Preludio

Es la vida una conjunción en la casa de ópalo, de Acuario y una que otra calamidad disfrazada de farsante locuaz; es esta misma un poema escrito con vehemencia y eructado delante de los fosas de Dios, es la cantidad de gritos y martirio que estremece y chapalea en mis intestinos; es esta misma una canción glauca entonada en do con toda la porqueriza y los albañales manchados e irradiados con alegría inverosímil.

Es la vida una patada en el culo de la creación, un mar de sangre que hierve a razones y conjunciones, a base de trópicos y demás versos que emanan desde los más entrañable como el alma; es esta misma la que cae como esputo y líquido biliar sobre la columna vertebral de un desfallecido, como el hálito de un moribundo mientras llena de estertor y estupor la visión nublada por melancolía de los badulaques y arrogantes seres que desconocen la realidad de la vida; ergo, la muerte.

Bien he entendido que es la vida aquello que se basa y rige en función del desgaste, de la oxidación, de la combustión y de los espasmos ardientes sobre el terciopelo rojo; es la vida un sinfín de pérdida y destrucción; es esta misma el antagonismo propio de la gestación y la fertilidad donde el motivo y razón imprescindible es la acumulación de energía sin remordimientos.

Es la vida y la muerte una conjunción en la casa de zafiro, de Libra y el aire que alimenta al fuego, el mismo que se extingue con agua y la cual con tierra forman el barro de cada ser, alabados sean malditos pusilánimes que desdeñaron la premisa irrefutable; alabados sean estos idiotas que con aire de haraganería se sujetaron a la muleta equivocada porque serán ellos los primeros quienes energía sean y del universo una fracción del flujo, alabados ellos que yo he de fundirme con ellos mientras cierro los ojos    y       lentamente           me                veo                     desaparecer                             ...

miércoles, agosto 17, 2016

Olvido

He olvidado todo de mí, olvidé mi nombre y los polisílabos que lo conforman, olvidé la pronunciación de mi alma aristócrata, olvidé el color de mi sangre y el sabor de mi respiración.

He olvidado todo del mundo, olvidé el sentido de los puntos cardinales, olvidé la diferencia entre los trópicos y su hegemonía, olvidé al meridiano cero y mi canto al Ecuador.

He olvidado todo de ti, tu sabor efímero y ese desdeño sobre tu piel, olvidé las sonrisas y los llantos irrefutables, olvidé el sentido del tacto y aquella conversación que sosteníamos con la mirada.

He caído en la cumbre del olvido, he resentido el sabor mezquino y marginado de la soledad y el frío veraniego.

Odio no poder tirarme al olvido. Odio no poder olvidar todo.
Odio ser tu olvido mismo.

sábado, agosto 13, 2016

Palabras Muertas

Pareciera que hay algunos días en los que el sol brilla de nuevo, extraña la manera en la que un hecho casi irrefutable cambia la perspectiva de una persona. No sé si se deba a que he estado llenando mi cabeza con una sarta de basura quizá para algunos... No lo sé. Me parece interesante la manera en la que ahora estoy tratando de narrar mis experiencias a base de recuerdos intangibles pero existentes.

Leía que no hay manera más complicada que crear algo a base de un recuerdo y me parece correcto, no puedes crear algo en base a recuerdos porque la perspectiva de cada quien está tan sujeta como el cabello a los folículos. Es momento de llenar poco a poco el espacio del libro que pretendo escribir. No sé si será un buen libro o una cloaca, una mierda para algunos... No lo sé.

El punto de un libro no está enfocado en ser el mejor para todos. Lo que es imprescindible es que este exprese el verdadero sentir, la conmoción, el éxtasis, la furia, la tristeza, la alegría, la soledad, la ausencia, el abandono, el júbilo, la agonía. Ergo, todo lo que se te ocurra en palabras muertas.

lunes, agosto 08, 2016

Tragedia

Se conoce de tragedia cuando descubres la procesión que conlleva ese demencial girar, se conoce cuando tomas la interrogante que destruye y unifica con la mano izquierda; se conoce de tragedia cuando en tus manos escurre la sangre que nadie comprende.

Se conoce de tragedia cuando pretendes impresionar mediante implosiones y convulsiones sórdidas, cuando de manera locuaz y elocuente escupes la verdadera gracia de Dios; se conoce de tragedia cuando en tu presencia concibes muerte y desgraciada soledad.

No veo motivos para hablar de la tragedia ni de la incertidumbre inverosímil que se palpa con la cabeza llena de amargura y más desgraciada soledad. No se conoce de tragedia sin antes haber descubierto la frágil felicidad.

Vivo y muerto es como se llega al mundo, se llega con vendas sobre los ojos y algunas marcas de crucifixión en la nuca; no se llega del todo dormido ni del todo despierto, sencillamente se llega.

Se conoce de tragedia cuando se ha hablado de la desgracia y la gloria, cuando en tus pupilas persiste la bocanada de mierda que se otorga a cada uno; se conoce cuando en tu nterior estás más muerto que la luna cada veintiocho días...

Tragedia, benévola tragedia. Te hablo mientras mi canto se convierte en llanto y mi reflejo desaparece de tu ventana rota.