martes, junio 20, 2017

Gifts from Enola

Regálame tus caricias y tus besos, tus labios

Tus momentos de alegría y tus ratos amargos

Nuestros impulsos han de evitar el letargo

Mientras la noche nos consume en su resabio.


Regálame instantes, momentos y situaciones

Tus parpadeos y sonrisas, tus pestañas

He de preseverlos junto a las hazañas

Donde colapsan nuestras emociones.


Regálame días y horas, minutos antes de dormir

Tu piel y tu tacto, tus sensaciones, tus encantos

Que la única razón de algún llanto

Sea a la hora de partir.


Regálame tus labios a cada minuto, a cada instante

Parpadeos sensatos y alegres, sensaciones llenas de emociones

Hemos de querernos a montones

Que nuestro calor será constante.


miércoles, junio 14, 2017

Posesa

He estado divagando, de aquí para allá entre los recuerdos que surcan mis labios y tus labios, esos mismos que esclarecen las ideas que se revelan mientras suenan las canciones finitas que consumaron la infinidad de nuestros cuerpos en la obscuridad. Mi cuerpo ahora está abierto a la incertidumbre, cada uno de los poros que están sobre mi piel se ha convertido en una ventana capaz de filtrar no sólo la luz para que entre a torrentes dentro de mi ser. He amarrado cada uno de estos al sofocante aroma que sigue persistiendo a través de mis latidos, mis impulsos y mis sentidos. Aroma. Más, ahora sé que se ha corrompido por todos esos restos del naufragio que quedó estipulado en las primeras de nuestras clausulas en común. Entonces sé que me he desprendido de la realidad mezquina, ligero como una pluma me balanceo y contoneo a través de la vida misma, estoy sujetando tu mano mientras esta se está perdiendo fuera de mi mente. Cual latido sincronizado a la melodía y al metrónomo de cada situación, estremezco cada sentido y me desvanezco después del clímax.

Quizá he sido bendecido, me he acercado tanto a la perfección como las rosas, como los rosales en conjunto porque ahora sé que todo se basa en consorcios y poblaciones, ¡al carajo! Alguna vez llegué a escribir/leer que no pertenecemos al mundo y sé que es verdad, y no me refiero específicamente a un tú superlativo ni nada semejante, hablo a simpleza y con la nitidez de un gato mientras acecha. Sé que no pertenecemos, que somos de distancias y futuros ajenos, lejanos y paralelos a este "nuestro" universo. Vamos querida mía, sujétame por algún extremo, por el cabello o las orejas e inclusive por mi sexo si así precisas. Sólo sujétame que hemos de consumirnos lejos, tal cual sucedió en vidas pasadas porque sé que estamos entrelazados y que dicho enlace trasciende más allá de la razón de la humanidad y de la inhumanidad. Va más allá que el entendimiento del cosmos y la cosmogonía del polvo estelar en el cual estamos inmersos.

Sé que la fisiología de las caricias está íntimamente ligada a la fisionomía de un beso y viceversa, entonces vayamos a donde nadie más se atreve. Difamemos las antiguas teorías del caos que rigen el orden. Quiero profanarte y vulgarizarte. Quiero estremecerte con el cálido clima de mis dedos en tu entrepierna. Sé que vas a besarme, sujetarme fuerte. Sé que voy tomarte por la cintura, que voy a explorarte centímetro por centímetro. Sé que vas a observarme con los labios húmedos y con los ojos hundidos en la perpetuidad de mi mirar. Sé que voy cerrar los ojos para crear revolución dentro de ti no sólo por un instante.