martes, noviembre 18, 2014

El sonido del viento

No olvides apagar la luz, cerrar los ojos, dejar a flor de piel cada uno de los sentidos. Jamás olvides escuchar el sonido del viento, el susurrar menguado que circula por nuestros pulmones, por nuestros corazones. Verde y café para recordar aquello que no sucederá nunca. Y digo nunca porque alguna vez alguien dijo que dicha palabra termina por herir a los más inocentes. "Respiro y entonces... desaparecen mis sentidos..."

Aún asomo la cabeza por la ventana mientras veo/escucho la lluvia que escurre por tu mirar. Nunca olvido guardar silencio sólo para callar aquello que he guardado tanto tiempo. Sé que es momento de gritarlo pero no encuentro la manera etérea para dicha proeza. Ciertamente, me he dedicado a leer aquello que fue arrastrado a tu nombre, a tus recuerdos, a tus pensamientos. Rememoro cada trazo que fue parte vital del clímax donde yo canté a mi dulce conciencia. Donde el Ecuador converge con cada uno de los trópicos que rigen mi cabeza. El corazón en la nevera, los guantes de niño y los impulsos fríos están corrompiendo mis entrañas. Observo el escurrir de la tinta de mis venas y la manera efímera en la que se desgasta.

Soy melancólico hasta las pupilas y me gusta escudriñar de lo lindo hasta tal punto en el que podría retorcer la mezcolanza más palpable. He de querer arrancar todos esos impulsos inquisitivos que perturban las horas de madrugada que paso en vela. He de querer crear conciencia hasta en el detalle más mezquino de la noche articulada. He de joder a todo lo que se pueda sólo por mera fascinación. Soy egotista. Abro mi mente a la incertidumbre y me sumerjo en el mar de tinieblas sólo para encontrar el recuerdo en el que te sostuve en mis brazos mientras todos se movían dentro de un mar salado... No olvides escuchar el sonido del viento, pues le he dicho a los árboles que cada noche susurren cada uno de mis pensamientos en tu regazo. No olvides escuchar el sonido del viento, pues entre sus suspiros van los míos...

sábado, noviembre 15, 2014

Mercurio y Venus a. C.

Un buen día vino a mí la curiosa pregunta del pasado antes de nuestra "nueva" era, es entonces por lo que pretendo desentrañar y disipar todas y cada una de las dudas. Vino a nosotros de manera terrenal mientas los planetas se alineaban al par del Sol, de la Luna. Entonces había dos interesante identidades desconocidas que se movían entre las masas, sus nombres, Mercurio y Venus... Habrá quienes se preguntan si en verdad hubo un renacer en la era y la época, abogando, que no hay un hecho memorable para decretar semejante proeza y ante sólo puedo decir que si la respuesta es etérea, entonces sí existió dicho cambio radical.

La vida de aquél entonces no eran en absoluto parecida a nuestra presente "realidad", entonces en verdad los hombres habitaban la Tierra, vivían por y para ella de una manera perpetua. Me atrevo a decir que la armonía ficticia de aquella época no estaba manchada con el nombre de Dios, porque si Dios no es amor, no tiene sentido alguno que exista; cada ente que era parte de nuestro macro y microcosmos tenía aquello que merecía. Pero por la mala conciencia que empezó a gobernar sobre la sociedad fue entonces que todos se volvieron inhumanos, se convirtieron en bestias irracionales que degeneraron el ciclo y evolución de la vida.

Por semejante razón fue entonces vino el sacrificio "divino" que ha sido y será el cataclismo efímero de la humanidad, de la conciencia humana, de los ostentes que han estado marcando el cambio de horario. Vino el devenir del magín subordinado y entonces, con sangre derramada, se perdieron las hazañas que pudieron haber sido el mejor recuerdo para aquella época...

Mercurio y Venus decidieron desaparecer del mundo al cual estaban destinadas a habitar y mandar a todos los badulaques cabeza de albañal directo al mismo infierno, es entonces que se postraron como el inicio de una constelación, siendo entonces que ambas son la verdadera reencarnación de Cristo en nuestra época.

lunes, noviembre 03, 2014

El tiempo de los asesinos

Me atrevo a connotar mis pensamientos utilizando aquellos que alguien alguna vez pudo llegar a crear. Hablando de las viejas proezas que se quedaron inmiscuidas dentro de mis retinas. Miro el reloj mientras estoy derrochando palabras como raudales a través de la ventana. Pienso en la vieja manera del romanticismo y en cada uno de los poetas que dieron su vida sólo por llegar a formar un cosmos inmenso dentro de los recuerdos de alguien más. Pensando siempre en cada detalle para abarcar el orificio más pequeño. Esa era verdadera poesía, la que te hacía encarnarte dentro de cada letra y que te hacía hervir la sangre. Pero hoy el mundo gira hacia un lado tan opuesto que entonces aquellos que son "poetas" tienen la equivalencia de un ardite.

Hubo razones y momentos en los cuales la intención no era ninguna otra más que seducir la perfecta figura femenina, con cada uno de sus encantos, lisonjear de lo lindo hasta el más hermoso defecto porque en verdad se tenía la percepción homogénea de la vida. Contemplar la belleza de esta mientras imaginas qué tan inmaculado sería ver el resplandor del universo a través de sus ojos. Crear situaciones y sensaciones que son capaces de sentirse a través de los sentidos, de los latidos, de cada respiro, de cada gota de sudor, de cada grito de placer y agonía. La poesía tenía el propósito de llegar a crear tal comunión que dos mundos colapsaban junto con sus lunas creando así la paradoja idónea de la vida, esa donde cada uno tiene la capacidad de remontar al otro hasta el paraíso.

Y es por esa sublime y efímera razón por la cual me declaro parte primordial. No soy quién para darme semejante etiqueta pero sé que soy ese quién que podría reiniciar la revolución. Comenzaré creando conciencia de cuál es la jodida realidad a la que nadie quiere ver cara a cara. Dedicando palabras capaces de chapalear en cada centímetro de su piel. Diré entonces que me encuentro sumergido en el océano de su mirar, que no le tengo miedo a la tormenta porque aún falta tanta calma por festejar. Diré que pretendo ser el recuerdo que quede impregnado justo al amanecer, mientras la hegemonía del mundo vuelve a su lugar...

Dicen que el verdadero poeta, quien es capaz de fundir los corazones de los humanos, quedó muerto hace más de dos siglos. Sé que aún hay esperanza porque hay aquí una manifestación ecléctica de lo que es la jodida poesía, esa que relaciona las caricias con el alma y el cuerpo. Soy quien es capaz de hacer que todo ser se remonte al cielo.