domingo, febrero 28, 2021

y la melancolía

el mundo se ha descompuesto, los reencuentros afables se diluyen con la lluvia transpirante del mundo nocturno, del estertor en el que la madrugada mancilla a la vida como si no hubiese espera, salida ni final
los paños chapalean con la tinta carmesí que escurrió desde mi brazo izquierdo hasta el confín de esta vida y el firmamento

resuena una canción sin voz, sin palabras ni notas atónitas, el infortunio en el que el tiempo nos alcanza, es capaz de arraigar y desgarrar a base de ausencias y presencias

los días se quedan sin color y sin sabor, se han desprendido del deplorable hastío en el cual sólo existe una certeza

las noches se quedan sin vida y sin muerte, se han desprendido del brillo lunar

aún llevamos emociones tatuadas bajo la piel, sobre las clavículas; aún llevamos sentimientos rodando sobre las pestañas 

lo impío crece de la melancolía, de las ganas de comerse al universo entero;  los recuerdos de lisonjeo son arrebatados de lo lindo, traen consigo sensaciones que entrecortan cada centímetro de mi ser, llevan entrelíneas la incertidumbre de suceder y suplir

nos quedan las letras en las que codificamos nuestra existencia, las mismas con las que, a media noche y en plena obscuridad, me convierto en viento y consuelo nocturno

nos quedan los sentimientos a flor de piel, las emociones... y la melancolía