martes, septiembre 15, 2020

Trascender

si hablara de un lugar seguro, habría de referirlo a lo compartido, a los instantes transitados por el tacto, habría de hacerlo mientras navego por los hilos que encuentro bajo mi piel, con las remembranzas de corazones aventurados y todas las proezas intimadas a estos mismos, si lo hiciera, sería con las situaciones construidas sobre viejos tormentos

si hablara de las sensaciones capaces de marcar y trascender, referiría cada palabra, y sentido, al pulso sanguíneo que palpita a través de cada parte de mí, cubriendo y corrompiendo la vivacidad de un parpadeo en paranoia, el vuelco debido al asueto del corazón en ansiedad y melancolía; cubriendo y corrompiendo, sentido a sentido, hasta sufragar la respiración

si hablara con la certeza del lugar seguro en mente ajena, lo haría con la sombra iridiscente del cuarto menguante surcando tus labios y los míos, con el filo de la noche buscando trascender hasta tus pupilas, hasta mis suspiros; hasta nuestros impulsos

si hablara con la veracidad de hasta lo más inverosímil diría, hacia el aire, el viento y todos los tiempos, que no pertenecemos a las sensaciones que se han escurrido desde los párpados hasta el cielo, que la impaciencia no perdona el trato con guantes de niño... me he quedado sin tiempo, las manecillas dejaron de existir, pierdo el aliento ...