Me pregunto, ¿qué conjuga con la mirada? ¿Qué desazones habrá cuando se quiere con desgana y se palpa sin el alma?
Estoy repentino a cualquier señal de libertad aunque en ellas haya más que un dictamen entrelíneas.
Me pregunto, ¿dónde quedan los ayeres? ¿Son páginas del pasado que se dan vuelta a expensas de las caricias gastadas?
Quizá creo revolución en ti, giramos al compás del tiempo, del espacio; de tu mirada en la mía.
Me pregunto de mil maneras más cómo será el despertar y mirarte, ¡aleluya de encontrarte y no más!,
también agrego a esta premisa quererte con el alma, desazonarte con mis manos.
Me pregunto unas veces más en qué página de mis memorias apareces tibia, irrefutablemente bella,
he de aunar a este último lamento la cantidad de gestos esperando tu presencia...
He de saber que con franqueza nos entreguemos a nuestra proclamada libertad, que seamos el verdadero girar inmaculado;
me pregunto las sensaciones del afamado momento <aunque confieso que preferiría volverlo realidad venial> en el que por fin el amor nos hará.