hay horas donde el ritmo parece lento, donde me dedico percibir las nubes desde tus párpados;
florecer y fluir al ritmo de tus latidos, de tus sentidos
y si la vida nos llena de tragos amargos,
colapsar sobre lo que construimos
hay horas donde la sincronía de los latidos abraza junto al frío, donde por la ventana y a raudales sucede la luna llena;
junto al viento convertirme en caricias que abracen tu cuerpo
y si la muerte llega sin previo aviso,
vivir de la emoción, suceso
hay horas donde el ritmo y la sincronía laten rápido, donde el frío desnuda nubes y estrellas;
días y noches donde nos abraza la ausencia
y si a otro tiempo, otro universo trascendemos,
de nuevo nos encontramos