Fear Satan

He de hablarte con ojos cerrados, con palmas abiertas; he de hacerlo simple y sencillamente con los pies sobre el aire y el corazón en las manos.

He de verte aún con la infinita obscuridad noctura, con el alma resplandeciente a razón de tu ausencia; he de hacerlo simple y sencillamente mientras te pienso aunque exista esta lejanía.

He de sentirte a sabiendas de la posible falta de tacto y sensibilidad; he de hacerlo sin esperar algo a cambio que no sea una cálida sonrisa y quizá la sensatez de tus labios abnegados.

He de probarte con cada uno de los silencios que callamos a media noche; he de hacerlo con la esperanza ferviente de aprender a corresponder y hacerlo sin miedo a retroceder.

He de hablarte, de verte, de sentirte, de probarte; he de hacerlo con cada sentido y cada fracción de mi alma y mi conciencia, he de escucharte a través del pecho, he de hacerlo siguiendo el metrónomo y la sinfonía de tus latidos; he de respirar al ritmo de la vida que emanas incluso cuando no dices nada.

El vuelo del colibrí

El vuelo del colibrí denota belleza, expresa libertad.

Se bate en el vuelo interminable con gracia, tan elegante.

El vuelo del colibrí es tan perfecto, tan etéreo e irrevocable.

Canta al aura enriqueciendo el alma, tan capaz de volverte inmortal.

El vuelo del colibrí ha marcado mi camino, ha creado mi destino.

Invicta glorificación la que en sus alas yo percibo, que concibo.

El vuelo del colibrí tan lleno de perfecta belleza, el mismo que bate con gracia, con elegancia; ese vuelo que enriquece el alma de manera irrevocable.

Canta y vuela libre, regocíjate en tu inmortal danza que me ha marcado el camino, que me ha creado un destino en el que percibo y concibo tu/la libertad.

Qué importa

Si he de pronunciar un nombre al anochecer,

preferiría que siempre el tuyo fuera.

No importa si el decirlo me hace desaparecer,

qué importa si eso también me destruyera.

Qué importa he dicho, así, sin caprichos

y sin remordimiento alguno.

Vaya que ya anteriormente lo he dicho

aunque quizá de estos festejos no hayas percibido ninguno.

Si he de aferrarme a prevalecer en algún recuerdo,

preferiría mil y un veces más que sea en tu mente.

No importa si con tus manías no concuerdo,

qué importa dije, mientras a ti me acerco  fervientemente.

Qué importa ya dije un par de veces,

lo hice mientras me transporto a tus labios.

Te doy mi amor, así, sin intereses,

lo hago mientras tu calidez espero a cambio.

Si he de pronunciar tu nombre mientras me arraigo a cada centímetro de tu ser,

sería a sabiendas de que a tientas y a ciegas nuestra desnudez consagraría.

Qué importa si pareciera osadía mía en tu calidez querer prevalecer,

qué importa, dije una última vez, mientras pienso en la manera en que te profanaría.