Me arranqué con tal ligereza,
lo hice así, sin parecer sorpresa,
sucedió a expensas de mi abandono
y las proezas que no menciono.
Me desprendí de ti y de mí sin remedio,
lo hice así, quitando todo de en medio,
sucedió a media luz y a media noche,
¡vaya mierda esta del reproche!
Me olvidé en un rincón obscuro,
lo hice así, pretendiendo ser maduro,
sucedió a razón de la desolación
y toda esa estropeada conjunción.
Me perdí en el vacío sin remedio alguno,
lo hice así, queriendo ser ninguno,
sucedió cuando pasaban seis o siete días
mientras en el fondo del océano moría.