sábado, marzo 30, 2013

Miedo y fascinación

En esos tiempos hablaba de conocer tu nombre. Grandes actos aclamados bajo todos los telones del planeta. Contemplaba cada una de las ramas que quedaban enmarañadas en todo tu ser. Admirábamos cómo era el rechinar de tus pies desnudos entre sábanas rosas malgastadas. Manteníamos cada una de las proezas desventuradas en la punta de nuestras lenguas escaldadas. Sujetamos la delicada copa que lleva mi sangre. Desgastamos hasta cada uno de los recuerdos a los cuales quedarás ligada de por vida. No hay marcha atrás conciencia mía, que en algún momento habrías de sofocar toda tu realidad con sólo dos miligramos de la misma.

Vivo y vivimos entre sueños, y aunque aún no estoy seguro de llamarle la manera de vida, sé que es esa a la que estás sujeta. Tan sujeta como el amanecer que llevo arraigado en mis retinas. El mismo al que si miras con detenimiento, encontrarás toda esa dicha de soledad que se mantiene enfrascada. Sólo para las situaciones que lo ameriten.

Me pregunto si vendrás de nuevo esta noche. Vives y duermes sin sueño, te mantienes presente. Latente. Permaneces de una manera mórbida, tan inestable. Sin lamentos. Sin remordimientos. Recordaré eso y sólo eso.

sábado, marzo 09, 2013

Por fin será

Entonces es que vienes, entonces es que estás presente sin mente y entonces es cuando existes sin ser. Me encuentro recostado bajo la cascada, bajo la noche, bajo la vida misma. Vamos buscando el tiempo predilecto para la suerte pero no se vuelve algo latente. Te das cuenta como es el hecho de prevalecer día con día y, sin embargo, aún sigues ausente. Cada nota y cada verso es lanzado al aire buscando dichas letras, dicho nombre. Entonces es que vengo yo sin discreción, sin algún tipo de obstinación. Me encuentro presente, herviente, omnipresente. Soy como la gota que escurre a través de tu ventana, esa misma que se derrama cuando tocas con la afinación correcta.

Permanecemos recostados uno al otro. Y es cuando puedes sentir el latir carmesí y aterciopelado que suelo llevar dentro, el mismo que me hace transitar los días bajo el ciclo de la mitad de vida que aún no he concretado. Justo cuando puedo oírlo dentro. No sabemos cuál es la razón ni comprendemos ninguna clase de contexto que sea ahora. No concluimos ningún tipo de trato o pacto alguno. No concuerdo con el sonar irreverente al cual me mantengo sumergido. No sabremos reprochar algún tipo de premisa. Nada. Todo será justo como miramos bajo el ocaso de letras, bajo el infierno de versos en el cual nos hundiremos. Vamos vida mía, que aún falta tanto por derramar de nuestra copa.

Volverá esa misma dicha, la misma de la que suelo contar. Esa que denota cada pizca de libertad. Y por fin será que viajaremos hacia el norte. Por fin será que navegaremos bajo el mismo río. Por fin será que me volveré uno mismo con el bosque, tu bosque. Y, por fin será que sostendré cada parte silenciosa con el dulce retinar mis poros chapaleando tus sentidos. Por fin será.