Comenzaba con un sorbo, mis labios se teñían rojo-violeta, terminaba con un suspiro. Mi mente divagaba, se sorprendía ante aquella mirada, una mirada tan pentrante, tan admirable... tan vacía.
Frotaba con mis dedos la copa, el contorno de la misma, su figura; tomaba de ella un trago más, el último.
Mis esfuerzos por mantenerla entrelazada a mi mano fueron nulos... Cayó, hasta lo más profundo, donde se encuentra la base del mundo.
Una lluvia cristalina salta frente a mí, comienza a penetrar en mis desnudos pies, regresa a mí el color rojo-violeta, carcome mi ser desgarrando cada centímetro.
Levanto el rostro, observo hacia en frente, esa mirada vacía continuaba ahí, en el mismo lugar, me seguía, me observaba, me acosaba.
Pero, ¿y acaso importa?. ¡Claro que no!, al final sólo es un espejo, un reflejo vacío.
Pero mira, que bonito tú.
ResponderBorrarMe gustó. :)
venga allan me gusto mucho!!! gracias por estar ahi!!!
ResponderBorrarque los corazones sean un poquito mas "violetas"
venga campeon! A.A
Me gsta... simpemete segust. ees ben para estas cosas allan; ¡quien te viera! tan poetico y orondo, tu...XD sigue así.
ResponderBorrarbien peqeño
ResponderBorrarme gustó!
<3
Las miradas vacías no son siempre signo de una mente llena.
ResponderBorrar