miércoles, julio 19, 2017

Ho

Las luces se apagan mientras observo al mundo destruirse en trozos errantes, mis manos aún bajo el agua reflejan la perplejidad inverosímil con  la que  me observo; mis ojos ahora un poco menos nublados han reencontrado los pequeños desperfectos cotidianos, como las llaves fuera de lugar o la ventana abierta con la luz encendida, mientras la sangre inflama el alma. Los instantes segregados bajo parpadeos matizan mi mente, lisonjean al alma, son capaces de hacerte concebir realidad.


El espejo desaparece y la escena retrocede como un caudal a raudales, la sangre se vierte en mi cuerpo, en mi sistema sanguíneo, me hierve en la punta de la lengua; amargo... retengo al mundo entero en mis manos...


He recaudado el conocimiento del cosmos, de las estrellas; he liado los cordones desabrochados a las raíces de la razón del ser, de la cálida madriguera; es ahora cuando el mapa muestra de manera diplomática la marca de nacimiento para quienes hayan nacido con complejo de crucifixión, donde se ha emitido en pocas palabras "estoy jodido y radiante", o como lo dictaría en mi nuevo testamento "se cometió el error del tipo dos".

lunes, julio 10, 2017

Reappear

Hay una gran cantidad de sensaciones que recorren mi cuerpo y estremecen a mi alma a base de emociones y recuerdos, llevo conmigo la furia de una colmena fantasma; el maldito recuerdo en el que a media luz y a plena luna yacía tu desnudez junto a la mía, la manera en la que placenteramente colapsamos junto al tiempo.


Si hablara de tiempo y espacio habría de hacerlo con una venda en los ojos, los cordones desamarrados, con las informalidades escurriendo a raudales por los codos, por los dedos, por las manos...

Si hablara, de nuevo, entregaría todo en caja fuerte, proclamaría una contienda donde se hable con el alma, haría de la vida un bosque donde sólo se proclame libertad.


Ahora mis manos son quienes temblorosas quisieran reescribir el libro entero, son quienes pretenden atestiguar la falsedad de las premisas que llevan consigo tu aroma y el vacío de tus oraciones. Admiro con cierta suspicacia el baile de la luna al son de las olas y es entonces que de manera inevitable me abandono, me desprendo de este mundo terrenal y me convierto en parte del cosmos, vuelvo a ser parte del universo.

lunes, julio 03, 2017

Venus

"Todo está escrito en tus ojos..."

La hermosa ironía del ser inhumano que a razón de ella deja a flor de piel el verdadero humano, el ser hipersensible que radica desde las entrañas hasta los pies. Esa es la hermosa paradoja que tenemos que sujetar día con día. Podremos hablar de obscenidades y demás sensaciones tan locuaz, da igual. Podremos hablar de manera enferma y efímera, mientras recorremos nuestros cuerpos, nuestro sexo, nuestra alma. Esa bella comunión entre la materia y energía que se proclama desde tus delicados labios que tiemblan al son de a media noche. Dulce agonía que escurre desde tu pecho hacia el mío y la calidez de tu torso junto al mío.

Esta noche me he dedicado simplemente a leer cartas de vidas pasadas donde dejamos claro la manera en la que -con el corazón en las manos y el alma de frente- la pasión es parte fundamental para disfrutar dicha agonía, dichos delirios. Hablé alguna vez entonces de ser de ti y poseer de ti hasta las más mínima nimiedad. Hablé de contar cada uno de los lunares que están transitando tu dulce y cálida piel y más aún, precisé el contar cada unas de tus ramificaciones que abundan y se esparcen a través de tu columna vertebral.

Volveremos como fuimos siempre, etéreos como animales salvajes que se rigen a bajo de los instintos, de los más elementales y superficiales hasta los más bajos. De entre los cuales destacan la razón de la atracción. ¡Entonces que así sea! Sujetemos cuerpos, brazos, manos, miembros. Amarremos las almas y volvámonos condescendientes. Entrelazaremos nuestra vida como serpientes y así seremos inquebrantables...

Vuelvo entonces, por segunda vez consecutiva, a leer todas esas viejas cartas de vidas y pasiones pasadas. Hablando de la bella y abstracta ironía de la inhumanidad donde, por primera vez, veo qué tan acorde está a cada uno de mis sentidos.