miércoles, julio 19, 2017

Ho

Las luces se apagan mientras observo al mundo destruirse en trozos errantes, mis manos aún bajo el agua reflejan la perplejidad inverosímil con  la que  me observo; mis ojos ahora un poco menos nublados han reencontrado los pequeños desperfectos cotidianos, como las llaves fuera de lugar o la ventana abierta con la luz encendida, mientras la sangre inflama el alma. Los instantes segregados bajo parpadeos matizan mi mente, lisonjean al alma, son capaces de hacerte concebir realidad.


El espejo desaparece y la escena retrocede como un caudal a raudales, la sangre se vierte en mi cuerpo, en mi sistema sanguíneo, me hierve en la punta de la lengua; amargo... retengo al mundo entero en mis manos...


He recaudado el conocimiento del cosmos, de las estrellas; he liado los cordones desabrochados a las raíces de la razón del ser, de la cálida madriguera; es ahora cuando el mapa muestra de manera diplomática la marca de nacimiento para quienes hayan nacido con complejo de crucifixión, donde se ha emitido en pocas palabras "estoy jodido y radiante", o como lo dictaría en mi nuevo testamento "se cometió el error del tipo dos".

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