lunes, julio 03, 2017

Venus

"Todo está escrito en tus ojos..."

La hermosa ironía del ser inhumano que a razón de ella deja a flor de piel el verdadero humano, el ser hipersensible que radica desde las entrañas hasta los pies. Esa es la hermosa paradoja que tenemos que sujetar día con día. Podremos hablar de obscenidades y demás sensaciones tan locuaz, da igual. Podremos hablar de manera enferma y efímera, mientras recorremos nuestros cuerpos, nuestro sexo, nuestra alma. Esa bella comunión entre la materia y energía que se proclama desde tus delicados labios que tiemblan al son de a media noche. Dulce agonía que escurre desde tu pecho hacia el mío y la calidez de tu torso junto al mío.

Esta noche me he dedicado simplemente a leer cartas de vidas pasadas donde dejamos claro la manera en la que -con el corazón en las manos y el alma de frente- la pasión es parte fundamental para disfrutar dicha agonía, dichos delirios. Hablé alguna vez entonces de ser de ti y poseer de ti hasta las más mínima nimiedad. Hablé de contar cada uno de los lunares que están transitando tu dulce y cálida piel y más aún, precisé el contar cada unas de tus ramificaciones que abundan y se esparcen a través de tu columna vertebral.

Volveremos como fuimos siempre, etéreos como animales salvajes que se rigen a bajo de los instintos, de los más elementales y superficiales hasta los más bajos. De entre los cuales destacan la razón de la atracción. ¡Entonces que así sea! Sujetemos cuerpos, brazos, manos, miembros. Amarremos las almas y volvámonos condescendientes. Entrelazaremos nuestra vida como serpientes y así seremos inquebrantables...

Vuelvo entonces, por segunda vez consecutiva, a leer todas esas viejas cartas de vidas y pasiones pasadas. Hablando de la bella y abstracta ironía de la inhumanidad donde, por primera vez, veo qué tan acorde está a cada uno de mis sentidos.

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