miércoles, enero 24, 2018

Parte uno

Tuviera la oportunidad de encontrarte en silencio, haríamos de la noche una revolución, ya sea por las ganas urgentes que nos deja la ausencia y sus consecuencias.

Tuviera la suerte de llegar a ti a media noche, o medio día, ¡qué importa que el mundo se vuelva loco! Sólo importa sostener tu respiración.

Tuviera la oportunidad de regalarte suspiros, te dejaría llevarte hasta mi aliento, sin olvidar, claro, el afecto y tacto correspondido.


Tuviera la oportunidad de llegar hasta tu piel a través de la mía, haría de ellas una geografía completa donde ambos danzaríamos con la luna sin maldito reparo... con afecto, tacto y con pasión...

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