sábado, marzo 30, 2013

Miedo y fascinación

En esos tiempos hablaba de conocer tu nombre. Grandes actos aclamados bajo todos los telones del planeta. Contemplaba cada una de las ramas que quedaban enmarañadas en todo tu ser. Admirábamos cómo era el rechinar de tus pies desnudos entre sábanas rosas malgastadas. Manteníamos cada una de las proezas desventuradas en la punta de nuestras lenguas escaldadas. Sujetamos la delicada copa que lleva mi sangre. Desgastamos hasta cada uno de los recuerdos a los cuales quedarás ligada de por vida. No hay marcha atrás conciencia mía, que en algún momento habrías de sofocar toda tu realidad con sólo dos miligramos de la misma.

Vivo y vivimos entre sueños, y aunque aún no estoy seguro de llamarle la manera de vida, sé que es esa a la que estás sujeta. Tan sujeta como el amanecer que llevo arraigado en mis retinas. El mismo al que si miras con detenimiento, encontrarás toda esa dicha de soledad que se mantiene enfrascada. Sólo para las situaciones que lo ameriten.

Me pregunto si vendrás de nuevo esta noche. Vives y duermes sin sueño, te mantienes presente. Latente. Permaneces de una manera mórbida, tan inestable. Sin lamentos. Sin remordimientos. Recordaré eso y sólo eso.

1 comentario:

  1. s. Manteníamos cada una de las proezas desventuradas en la punta de nuestras lenguas escaldadas.....

    ResponderBorrar