miércoles, agosto 07, 2013

A dueto

Comenzar siempre de la manera en la que nadie esperaría, aún no sé cuál es la razón de ello pero siempre me dijeron que es la manera "correcta". Después, quizá no siempre hay un después pero aún se puede cultivar vida. Una mirada directa al infinito y un paso largo sin mirar atrás ni a los lados, ni siquiera mirar al frente. Un paso hacia la incertidumbre como esa razón mezquina de estar y ser para ya no volver, para desaparecer. Y otra mirada para sentir el corazón empapado en sangre latiendo sobre nuestras palmas, sobre nuestros muslos, sobre nuestra alma. Y, antes que nada, un corazón para manchar las retinas de rosa.

Debería haber más palabras, de esas que se enroscan en libelo, y se llevan consigo hasta que uno queda ahíto del mundo, pero sólo por esta noche, dejaré todo contacto a aquello que busca ser correspondido de una manera sublime, elemental. Somos la bestia que consume polvo estelar y, si dicha bestia jamás se concibió, entonces busquemos la manera de crear una colisión para dicho emerger. Perder la razón con sólo un acto, con sólo un suspiro. Perder la razón, pero perderla bien, sin dejar secuelas o estragos estrafalarios, justo de eso se trata tocar fondo y, una vez que se está tan dentro hay que buscar llegar más y más profundo. No hay razones para sentir que el oxígeno dejará de ser suficiente porque siempre habrá con qué llenar el vacío. Sea como sea siempre habrá un suficiente.

Y entonces cuando por fin descubres que jamás existió la línea limítrofe entre el lecho de vida y el estertor de muerte, es entonces que sabes que jamás estuviste dormido, que jamás te mantienes despierto. Aún hay mucho de lo que quisiera contar y derrochar en un poco más de cosas irreverentes e insignificantes pero, como ya dije anteriormente, esta noche no se trata de palabras o versos, ni tampoco oraciones o rimas. Quizá tampoco es libelo como pensé desde un principio. No. Esta y precisamente esta noche se refiere a ser sin ser. A estar sin derrocar nuestras costumbres o cultura. A estar de alguna manera, pero estar en nosotros. Esta noche se trata de corromper la vieja mala racha y llenarla de reminiscencias sólo para así, volvernos nuevamente uno mismo delante del mar. Mientras tanto seguiré escribiendo tu nombre en la arena.

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