domingo, diciembre 08, 2013

La revolución está aquí

Basta con poner los codos sobre la mesa, con olvidar hacia qué lado se inclina la cabeza al dormitar. Basta con sólo mirar lento y rápido, con parpadear sin pestañas y mirar sin prejuicios. Basta con saber que estás sin necesidad de hacerlo, con mirar cada una de las esperanzas que se reflejan en la lluvia. Basta con dormir sin sueño, con despertar sin necesidad de desaparecer. Basta con mirar, nuevamente, sin prejuicios ni pretensiones ni nada semejante. Basta con sólo mirar el resplandor que yace en el recuerdo de las conversaciones imprevistas. Basta con recordar la manera en la que el tiempo y el sonido se detienen mientras brillamos al son del amanecer.

Basta con sostener la fortaleza más grande mientras la ciudad entera permanece en el sueño eterno. Basta con observar desde adentro la manera en la que las ruinas que están bajo las dunas resplandecen con sólo escuchar la delicada y fina frecuencia de tu voz. Basta con presenciar el mayor de los actos, el más inconmensurable, el mismo que nos hace pensar "La revolución está aquí". Basta con ser la inspiración, con ser la guerra misma mientras miramos la batalla desde el otro lado, desde fuera. Basta con ser la mente omnipresente, efímera, ambigua. Basta con ser la llama de la soledad que puede serlo todo y nada. Basta con simplemente ser inspiración.

Basta con sólo observar y mirar una última vez, con permanecer  perpetuamente en la mente (corazón) que está presente en mis manos. Basta con ser el solaz y la proeza más grande que podría haber, con ser constelación y galaxia. Basta con sostener tu rostro una vez más, eso es todo lo que necesito.

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