martes, enero 13, 2015

Utopía

Palpo con los ojos abiertos, con las palmas cerradas. Veo con el filo de mis dedos, con mis párpados hinchados. El colapso existe de manera perpetua mientras te tengo y no, mientras la hegemonía de mis caricias estremecen al viento, al cielo, a mi/tu respiración. Cierro los ojos mientras sostengo toda tu cosmogonía. Somos uno mismo mientras nos desvanecemos con el tiempo. Pertenecemos a la misma sinfonía...
Alistamos el metrónomo al ritmo de nuestros latidos. De nuevo te tengo y no...
Bailo con los pies sobre el agua, con la cabeza en el alma. Acaricio tus sentidos, me pierdo en ti. Abro los poros a la incertidumbre, a la mezcolanza latente. Nos consumimos en cenizas. Salimos de entre el montículo con el corazón henchido.
Circulas en mi tránsito carmesí, y viceversa. Nos llevamos más dentro de lo que permite la razón de comprensión. Pero de nuevo estás tan aquí, estás tan allá...
Por lo cual palpo con los ojos cerrados, con mi palma entera. Veo con la piel y mis pupilas dilatadas. El imperio colapsa mientras te tengo y no, mientras la fisionomía se resume en una caricia. Mientras lo que más importa es la continuación de la misma.
No sólo pertenecemos, tú y yo somos la sinfonía. Nosotros acoplamos el metrónomo a nuestros impulsos. Pero de nuevo estás tan aquí y tan allá... De nuevo te tengo y no...

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