lunes, marzo 11, 2019

Delirios

Receptor de sensaciones, la piel que abandona prescinde de la vida,
del alma. La ausencia que acaricia lo que de ti queda, 
me conlleva a no saber pronunciar palabra alguna, 
a olvidarlo todo de mí, 
desde estos pequeños atisbos de realidad, 
hasta el respirar abrupto del estertor nocturno, 
seguido de espasmos y dolor en el pecho.

Me parece tan absurda la idea y avidez de la mente por querer confeccionar el universo y su entrañable creación; 
me parece tan absurdo, jodido y soez, 
añorar los buenos tiempos que pudieron existir.

Pintando los días carmesí, la sangre circula y aprisiona, 
desde la más angustiante soledad,
hasta los delirios que velamos  en desvelos obligados.  Cerrar los ojos es, también,
una manera de desaparecer, 
de quedarse a solas y en calma. Abrir los ojos es la forma más parecida del despertar, 
de fluir...

¿Y quién no se siente parte de olvidos?

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