sábado, mayo 21, 2011

Quizás en otra vida.

Y si fuera en otra vida, de una manera menos complicada, menos imposible, como quisieras, ¿Cómo esperarías que fuese?
 
Es hora de cambiar un poco el fuego externo y lo desconcertada que llega a ser alguien, ¿Cómo será entonces? Una chispa incandescente puede durar el tiempo que sea necesario, lo que mande la mente, florecer el tiempo que sea necesario, vivir el tiempo que sea necesario, esperanzarse el tiempo que sea necesario y, morir cuando es tiempo de necesitar y precisar algo más...

Tal vez es momento de ver el mundo a la manera correcta, probablemente será complicado, ¿Y quién decide qué manera será la perfecta? después de todo muchas y grandes ideas no pasan de eso, pensamientos corrompidos por un poco de pasión, pasión y locura que animan la vida, mi vida.

 ¿Y qué hay acerca del complemento perfecto? Siempre lo he dicho, buscaré a alguien que llegue a ser la misma persona conmigo, quiero comprender todo su magín, quiero llevarme cada parte en un frasco y servirme de él cuando sea importante, cuando se requiera su presencia; quiero simplemente eso, saber que seremos uno mismo toda la vida, que habrá un momento perfecto. Sé que conozco su conciencia, vaya que la conozco, más que mi propia conciencia.

Compartir y vivir, estar uno con otro, lado a lado, mirada con mirada, ser con ser, alma con alma. Ya es hora de reconstruir aquella alma desvencijada por la vida, por la razón, por el sufrir inconforme, por la mediocridad infame e infalible para la sociedad, por la mente enfermiza, contigua y ambigua a la vez, claro de luz, claro de fe, claro de ocaso, claro de pureza, claro de certeza, claro lúgubre, claro ambicioso, ¡Claro que sí!, un alma distanciada por un gran océano, a eso me refiero, a terminar de recorrer el mar de vida que separa dos partes imperfectas, limitando la purificación, su reconciliación.

Cuando se confirma cada palabra, cada instante, cada petición, cada sueño, cada deseo, cada anhelo, por fin encuentras paz y tranquilidad, tu boca se regocija de habladurías irónicas y sin sentido, tu pensamiento obstinado quiere retroceder tan sólo un poco, volver a otra vida, porque tu melancolía difamada y emitida por palabras, ha nublado su visión arrebatada y alebrestada, haciéndole  memorar sus viejos pensamientos, provocándole un extraño deseo de vivirlo una vez más pero... Quizás en otra vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario