sábado, diciembre 03, 2011

Misterio

He mirado dentro de ti por última vez. He resuelto un infierno para ti de nuevo. Concretaste la última fechoría como lo pudiese imaginar cualquier valiente. Ases bajo la manga de tu vida, y de nuevo llega a mí el más grato recuerdo que he tenido últimamente. Un recuerdo inconmensurable, omnímodo... Un estruendo que acariciaba tus labios. Tus labios que rozaron mi alma desde el exterior. Nadie lo pudo apreciar. Jamás alguien reclamará el verdadero tesoro, ya que el mundo está lleno de badulaques aduladores que no profanan nada interesante, nada jubiloso, nada qué engrandecer en un pedestal.

Inmerso en otro mar de tinieblas -uno que no es parte de mí y que nunca será-, esperé por el gran acto, era hora de presentar la función. La última pieza está por caer y, entonces, será revelado. Dime ¿estarás lista para visualizarlo?, o será acaso que, ¿de nuevo no quieres ver a través de mí?. ¿Cómo sería un hombre bajo su propia mirada?, ¿Cómo sería este mismo si se partiera en rebanadas? Un hombre que yace bajo un hacha que se contoneó desde su mismo brazo... Que más jodida ironía.


 Y si olvidaste por vez consecutiva sacarle filo, recuerda que siempre que sea preciso y conciso aparecerá ante ti la diosa de la inmundicia lista para fastidiar. Enajenada cual vidente a la bola de cristal, y segada por la ambición rotunda que emerge esta noche, volará todo en tantas partes que ni los lunares que se postran sobre mi espalda podrían bastar. Sucederá y entonces alzarás la cara a los mil vientos lleno de mil demonios y gritarás ¡Aleluya Dios bendito que no eres más que parte del polvo estelar!, ¡Aleluya he gritado que si fueras una realidad contigo es con quien pagaría y vería todas mis malas proezas!, ¡Aleluya de nuevo!, ¡Aleluya!, ¡Aleluya!, ¡Por fin vuelo!,¡Por fin he vuelto! 

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