viernes, enero 20, 2012

Destino Próximo

Destino cruel, ¿Por qué me has abandonado esta noche? Hoy mismo parto hacia Cairo. Hoy mismo parto rumbo a Marte. Hoy mismo viajaré hacia la Luna. La escena era digna de una buena fotografía memorial: Se encontraba ahí, corriendo hasta que las piernas le ardieron en adrenalina y bilis. Una vez que estuvo frente a su destino próximo se acercó tanto que quedó perplejo. Perpetuo y sumergido en la situación inconvincente. La primera vez llegó muy temprano. La última vez había arribado tarde.

Y es que hoy es la capital de la nada. Algunas veces de todo. Hoy sentí como mis pies soltaron la tierra firme que yacía bajo ellos. Comprendí el resonar espléndido que alguna vez escuchó mi memoria. Un juego antiguo fue desenterrado y desmarañado para dar a luz a un nuevo ser. Las personas solían hablar de renacer y reencarnar. Hoy yo no hablaré de mis viejas cenizas. Hoy yo no hablaré de la inmortalidad que he librado desde tiempos antiguos. Hoy no vengo a declarar una perorata sobre mi ser lascivo incomprendido. Me atrevo a decir más palabras al aire tales como que HOY y sólo HOY no me sumergiré en ningún océano fugaz. Esta noche no tengo motivos ni situaciones. Esta noche pierdo toda conciencia que me aferra al mundo. Sólo por esta noche quiero dejar de hablar. Y si alguien tuviera tanto valor como para hacerme romper mi nuevo pacto, deberá tener valor como para reconciliar la última parte deplorada que está presente dentro de mí. De mi sangre azul.


Prolongué el último encuentro tanto como pude. Rogué por un poco de reciprocidad pero sólo logré derramar una lágrima como acto reflejo. Y una vez fuera de ese círculo me encontré con el destino próximo que quise reformar. Un desdeñado recuerdo que se convertirá en reminiscencia de una vida inconforme. ¿Hasta cuándo será así?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario