Abro los ojos, no sólo al despertar, te miro en mis pensamientos.
Desaparezco.
Cierro los mismos ojos, no sólo para dormir, te miro suave y tibia, casi etérea. Te pierdo fuera de mi mente.
Camino y levito al mismo tiempo, por un solo instante, uno donde imagino la calidez de tus labios junto a los míos.
Muero.
Parpadeo y respiro, aún estoy ausente, presente, latente en ti y en mí, en cada uno de nuestros latidos. Entonces vivo.
Y ahora por este momento sigo perdido en ti, respiro y desaparezco. Me pregunto cuál será la manera correcta para conocer tu amanecer, tu atardecer, tu anochecer.
Pero ahora no estás, te encuentro dentro de mi mente, y nuevamente, te pierdo fuera de ella. Entonces sé que vivo y muero una vez más... Desaparezco...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario