domingo, abril 05, 2015

Superfluo

Coincido con ciertos nombres en mi cabeza, con un sinfín de criterios absurdos y devanados por toda la jodida existencia. Me encuentro en este momento rememorando cada "momento" de ti, y no sólo por el simple hecho de saber que se quedan como lo que pudieron ser, no, va más allá de esta mala melodía que está corroyéndome desde mi interior. Soledad de verte al menos una vez, de ser de ti, soledad de sostenerte. Rompo el ruido con silencios, con estruendos internos donde no sólo se da abasto de lágrimas y risas llenas de melancolía, caen como relámpagos creando cierto fulgor iridiscente en mis pupilas y retinas, en mis poros y vellos, en mi tacto y mis sentidos, en cada uno de mis impulsos. Pero ahora miras de nuevo hacia donde no me encuentro yo y ante eso, simplemente yo sigo aquí.

Soñé que era la luna, que era el sol, que era el universo entero. En dicho sueño palpitaban y emanaban canciones desde mi centro, de entre ellas, la misma que está arraigando en mí un hatajo de recuerdos y reminiscencias. Entonces sé que he perdido la razón. He despertado del sueño eterno y en esta realidad no hay nada más. No hay vínculos con los cuales pueda proclamar victoria o crear una revolución. No hay recuerdos al amanecer ni dunas de una psicosis llena de soledad. No hay girares inmaculados donde tú y yo nos quedamos sin palabras, donde respiramos y entonces desvanecen nuestros sentidos. Jodida e irónicamente no hay nada más que yo, efímero y etéreo como lo fui y seré siempre.

Me he balanceado a través del tiempo y de la vida pintando cómo será la soledad y jamás estuve tan en lo correcto. No duermo ni sueño, no estoy despierto. Me mantengo como un Elder en vida dominical, sin perturbaciones ni demás jodidas irreverencias. Quisiera verte aquí ahora mismo, delante de mí. Quisiera ser (nuevamente) de ti no sólo por un instante o un parpadeo, no sólo por utopía. Pero ya no existe tu torso junto al mío, aunque jamás fue así. Jamás estuvimos vivos y/o muertos. Jamás estuvimos dormidos, jamás estuvimos despiertos.

Ciertamente me doy cuenta que en verdad acaba y de una rara manera, no sólo por rutina ni por ironía, paradoja o coincidencia. Por esa razón estoy desmembrando mis pensamientos. Los estoy dejando al desnudo como si fueran a ser aniquilados sin piel. No me importa saber que estoy derramando sangre en vano, me da igual, sólo, y al menos por un momento, quisiera creer que puedo seguir...

Ahora recuerdo el vidrio de emergencia.

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