martes, diciembre 29, 2015

El Faro

"He muerto de manera perpetua, pareciera que no hay rastro alguno mío.
Espero que no sea así, al menos no del todo."...

Un trago amargo de vida, de presencia, de ausencia; uno para vincular mi piel con tu sangre y tu respiración. Uno más para no perder la tradición, para sentir el vuelco al corazón, al universo y a las estrellas.
Un trago amargo simplemente.

Siempre me pregunté a qué sabe el abandono, y no lo digo por lidiar con la soledad, no qué bah, siempre será mi llama favorita; pregunto el porqué del agujero negro sobre mi pecho y mi garganta. Me pregunto el porqué de ese vaivén irrefutable trazado a lo largo de tu mirar, del todo y de la nada.

Te llevaste mi último suspiro, mi último consuelo, mis latidos y mi respiración, mi invicta glorificación y la peor maldición.
Te llevaste las flores de mi piel y mi sangre.
Arrancaste de mí cada salida de emergencia. "Sigue respirando...".
Te llevaste cada caricia, cada deseo y cada recuerdo inexsitente.
Te llevaste mi alma de papel, mis latidos mecánicos.
Te llevaste cada estrago grabado con tu nombre.
Te llevaste la convicción, la destrucción.
Te llevaste mi último suspiro.
Mi último consuelo.

Te llevaste mi respiración y los latidos
de las últimas horas
y junto a eso
te llevas
nada.

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