jueves, octubre 25, 2018

Reminiscencia 64

Los detalles pequeños, imperceptibles, son los que conforman cada recuerdo. La manía de todos radica en querer preservar hasta lo más irrelevante.

Los recuerdos mengúan conforme la noche invade, conforme la obscuridad te envuelve con el frío invierno perpetuo arraigado a cada afamado corazón.

El alma resplandece a media noche, sucede cuando la melancolía se tatúa bajo la piel, lo hace en forma de flores purpúreas.

Los colibríes, tan glaucos e inmaculados, vuelan sobre el campo taciturno postrado sobre mi espalda. El universo que creamos colapsa con la distópica realidad.


Detalles pequeños que conforman los recuerdos que perpetuamos, con piel desnuda y al filo de la media noche, se hacen presentes cuando el frío impacta contra mi espalda. Cierro los ojos y pienso en la muerte arraigada a mis pupilas; respiro y pienso en la vieja utopía donde todo florece... desaparezco...

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