martes, diciembre 23, 2014

Instinto

¿Tragedia? ¿Por qué precisamente una tragedia? He llegado a la conclusión de que el mundo no se mide de principio a fin, ni de norte a sur o de oriente a occidente. No hay forma correcta de saber cuál es el orden correcto de la cosmogonía y hegemonía y fisionomía y fisiología de la vida. Quizá lo hemos estado haciendo mal desde siempre, quizá no.

He despertado del sueño eterno (no será la primera vez). Sucedió en un instante, en un parpadeo. Sencillamente abro los ojos y el atisbo de realidad de una velada taciturna aún escurre por mis mejillas. Me levanto aún esperanzado, imaginando que el mundo no está al revés. Que no existen los humanos y que sólo soy parte de una vida inimaginable, utópica. Que estoy lejos de la gran ciudad. Que por fin (y mera enajenación) he liberado a mi animal interior, el mismo que está enclaustrado en mi pecho, en mi respiración, en mis latidos. Que he olvidado la forma correcta de vivir. Me he convertido en instinto.

Tengo esta rara manía de pensarte como todo lo que no podemos ser. Ya no importa si te menciono de alguna forma. Estoy ahora aquí con un gato ronroneando sobre mis sentidos, sobre mis pensamientos y delirios. Y entonces, nuevamente, caigo en el sueño eterno...

Después de todo, he vuelto a abrir los ojos recapitulando cómo ha sido el menguar de la noche articulada imaginando para mis adentros el orden y el origen del "todo" de la cosmogonía y la hegemonía y la fisiología y fisionomía del universo. Encuentro la razón que ha estado desde siempre... Quizá lo he estado haciendo mal desde que tengo uso de razón, quizá no...

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