lunes, octubre 05, 2015

Mientras cae la noche

Cae la noche perpetua, homogénea, articulada, imprevista, lúgubre; cae la noche a torrentes y caudales, a plegarias y afable fe errónea. Cae la noche acariciando las premisas y penumbras que estoy saboreando con la punta de los dedos, chapaleando en los instintos mórbidos de la sociedad, en los estragos y sensaciones de la agonía. Cae la noche etérea, no queda nada.

Te marchaste alguna vez sin pronunciar palabra alguna, llevándote mi respiración de las últimas horas, mis delirios y fantasías, mis pesadillas y una que otra maldición. Pasaste de mí como más que una hora del día o los cinco minutos antes de dormir mientras admiraba el caer de la noche sobre mis pupilas, mientras velaba el sueño del mundo con alguna mala ansiedad y desesperación. Pasaste más de mis pensamientos que de mí y como una mala broma te llevaste mis sentidos y mis impulsos, mi respiración y mis latidos, te llevaste nada.

Cae nuevamente la noche, efímera y heterogénea a expensas de la luz y el sol, sin importar el girar inmaculado de las manecillas del reloj. Cae la noche dejando rastro marcado en el filo de mi piel, en las solapas de mi sangre, en mi pensamientos donde y de buena manera estoy aclamando y anhelando y añorando y saboreando y deseando y desazonando y palpando y oliendo y probando y disfrutando ese momento en el que hablaremos por la piel y por los sentidos, en el que sostendremos conversaciones por la mirada, el mismo en el que bastará de sólo un momento para callar tus silencios con los míos.

Tengo una volatilidad muy marcada en mis sentires, en mis sentidos, en mi manera de ser. Puedo estar deseando una revolución que deje intacta a la soledad mientras por fuera demuestro una ausencia abismal. Puedo sentir con éxtasis y frenesí el querer comer a grandes bocados el mundo y querer derrochar la tinta de mis venas sin mesura y poco después declinar mis más grandes virtudes y metas con el ansioso deseo de los seis pies bajo tierra. Puedo ser todo y nada.

Puedo ser todo y nada mientras cae la noche taciturna, mientras te vuelvo parte mis pensamientos, mientras te tengo y no, después de eso, no queda nada...

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