martes, octubre 06, 2015

Tango Sobre la Luna

He olvidado todo lo que sé, desde lo más elemental hasta aquello que te hace perder la razón. Todo lo que no puedes ver, lo que circula a tu nombre y a tu favor declinando las falsas treguas que a tientas y en la obscuridad me he propuesto.

He tenido más de una cara y una faceta, desde las mismas con las cuales grité alguna vez a los mil vientos hasta esas olvidadas bajo la cama. Un hatajo de recuerdos están derramándose por toda mi piel y yo estoy perdiendo la respiración.

He difamado cada canto ajeno, desde esos que han sido demasiado buenos hasta aquellos que no lo son. Yo también he cantado, y no sólo al Ecuador, no, lo he hecho a razón de esa sonrisa que me ha despojado de mí mismo.

He sido parte de una y muchas dualidades, desde aquellas tan inmaculadas hasta las más terrenales. Esas que consagraron lo impío de cada momento, cada latido, cada segundo, cada sueño que no dormimos y no sentimos, que no vivimos.

He hecho mención de tantas cosas y quisiera poder proclamar aún muchas más. No entiendo de razón ni comprensión y no creo lograrlo en algún momento de mi vida. Soy el mismo que está aquí y ahora, sin vendas en los ojos ni nada bajo el brazo. Soy el mismo desnudo sin cordón umbilical y es aquello mismo que puedo entregarte a ti y al mundo entero, a todos aquellos que quieran comprobar el origen del tiempo y del espacio, del universo mismo. Soy quien es capaz de hacer que cualquier ser se remonte al cielo y soy el mismo que se entrega en mente/corazón/alma.

He entregado mi ausencia y el carmesí que palpita en mi pecho al cielo, a las estrellas y al universo de más allá.

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