"Si te digo que cada parte silenciosa pudo despertar de su eterno sueño, tan asombroso tal vez, ese tipo de cosas no sólo son parte de la vida, son la esencia de todo..."
Quise correr más aprisa, podía sentir todo fluir dentro de mí, sentí que las piernas me explotarían, caminé tanto que pude volar, nadie habría imaginado algo de semejante calumnia. Al final el embustero salio taimado bajo sus propias redes, ¡Qué decepcionante!, no pudo ser peor.
Vaya que esto jode de lo lindo, y a ti es a quien dedico cada amanecer extenuado y cada ocaso decolorado, eres mi delirio, "cáncer y delirio", pensé que jamás comprendería estas dos enfermedades que vuelven a uno demencialmente manso.
Cantaré con gran regocijo, pondré cada emoción encapsulada y la entregaré en dosis pequeñas, Daphne a ti es a quien hoy vengo a cantar, vamos dime algo, háblame, háblame con el corazón en las manos y con el alma de frente nuestro.
Sigue adelante, no dejarás que esto te deje henchido el corazón, siempre buscas más y un poco más, entonces terminarás comiendo tu ser. Un buen día ella vino a mi, aquella diosa blanca bajó desde su jubiloso y añorado universo estelar, disparataba cosas insignificantes, la gran diosa de la tempestad arrasará con todo a su paso en un sólo parpadeo.
¿Y qué tan insignificante ha de ser? Más de lo que un retorcido y marchitado ser podría exigir para una noche.
Hoy estoy borracho de melancolía, mis alguna vez iridiscentes astros vigilantes se abrieron sólo un poco más y pudientes clarividentes me han de mostrar la parte más vacía de toda historia.
Una vez más mis piernas me hacían llegar hasta el azul explayado con tonos rojizos "ciertos colores que me fascinan...", y estando a punto de estallar el rojo no sólo se veía en el cielo ahora un poco más frío, mi mirada desfallecida ardía como las brazas de una hoguera, contraje cada parte de mi ser y quise destruir algo bello.
Es hora de asentar pensamientos enredados, sentimientos y emociones tergiversadas por la situación presente, y es a ti a quien dedico todo esto Daphne, "Te encontré en mi mente, te perdí fuera de ella."
Y al final, después de todo comprendí mi realidad, aquella que no estaba viendo...
Las prioridades son primero.
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